Prisioneros de nuestros miedos. Encadenados a fábulas del folclore mantenidas universalmente en el tiempo para perpetuar la universal ignorancia. Defensores de preceptos basados en viejas creencias usadas como armas de destrucción masiva contra las ideas. Envueltos como momias en banderas generadoras de xenofóbia. Incubadores de prejuicios axfisiantes a buen precio. Devoradores de libertades individuales o colectivas. Ganado de costumbres refinadas que esconde bajo la alfombra ajena la defecación propia. Consumidores de miserias ajenas. Subscriptores de ideas rumiadas por otros. Esperpentos nacidos en el profundo sueño de borregos que cuentan el paso de hombres…
No hay una imagen de referencia: el nuevo puzzle del que somos piezas, tras recomponernos, dará la imagen que será la representación de un nuevo sistema. Empezaremos una nueva vida. Es otro tiempo ya. Esa botella ha sido consumida y va en caída libre desde la mano de una humanidad ebria hasta una nueva Tierra contra la que desaparecerá al hacerse añicos.