Sentose ante su editor de textos con la intención de escribir. Meditó y la pantalla en blanco le sumergió en una historia tan apasionante que decidió no volver a escribir nunca más. Apagó su ordenador y caminó. Transcurrieron los años y sintió que había vivido. Se fue sin despedirse. Solo él estaba allí.
Microcuento de año nuevo
04 lunes Ene 2016
Posted Pensando en voz alta
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