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amores, big bang, domingos, escritores, espacio tiempo, pensamientos, tú, yo
Nuestras vidas ya han pasado. Lo que vemos sucedió, como la luz que nos llega de las estrellas, hace millones de años.
Tu sonrisa es lo más cercano y vivo. El brillo de tus dientes está a la distancia de Alfa Centauro y, teniendo en cuenta la curvatura en su viaje, llega hasta mí ¿siendo para mí?.
Círculos en los que estamos atrapados en la rotación terrestre nos hacen pasar a unos sobre los otros, ocupando el mismo espacio: somos fantasmas atravesados una y mil veces por otros fantasmas desconocidos y amados.
Estás leyendo estas oraciones y me percibes como un lunático: has de saber que todos somos cuerpos astrales ¿celestes?
Un niño acomplejado y vengativo puede memorizar, llegado el caso, los nombres de mil galaxias y convertirse, sólo por esa gracia, en triste registrador de la propiedad y verdugo de toda luz pasada y futura.
Tus hijos serian felices si te levantaras del ordenador y pasearas junto a ellos hasta el planetario. Allí tumbados, bajo la oscura bóveda, te harán preguntas ¿sabrás contestarlas? ¿quién eres?
Es brillante domingo, leo los textos de mis amigos que publican en domingos en periódicos, blog, redes sociales… gracias a ellos veo las estrellas. Mis estrellas.