Cuelga el teléfono, y lo hace con desgana, sin dejar de hablar por lo bajinis, en un monólogo que parece no tener fin. Solo cumple ordenes. Podía haber hecho bien su trabajo, pero no tenía más motivación que la orden de un superior al que no sentía como tal después de 15 años como compañeros con el mismo rango. Ahora era su jefe y no estaba dispuesto a sufrir sus ordenes.

El coordinador del equipo de instalaciones descolgó el teléfono con la intención de hacer una llamada, pero los tornillos que lo sujetaban a la pared cedieron y el aparato calló al suelo partiéndose en dos. Sacó su móvil personal del bolsillo y llamó al subordinado y le comunicó que estaba despedido por chapucero, a lo que éste respondió con un ¿tengo yo contrato ni ná para que me puedan despedir?